Maestro Simón Rodríguez



Maestro Simón Rodríguez

Nace en Caracas Simón Rodríguez, calificado de "loco", "maestro" o "don", este ejemplar venezolano, de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771. Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único familiar conocido es su hermano Gayetano.

Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta matrimonial.

Se caracterizará toda su vida por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.

El primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar ingresará a la escuela pública de Rodríguez.

Este era un maestro que enseñaba divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu, para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.

Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América, Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura singular.

Cacique Guaicapuro

Nacido en Caracas en 1530 y guerrero de confianza del gran Cacique Catuche, asume el cacicazgo a los 20 años de edad, cuando este cacique muere. Conocido actualmente como Guaicaipuro en documentos de la época se le encuentra con el nombre de Guacaipuro. Fue sin duda alguna, el más firme opositor que encontraron los conquistadores españoles en las recién descubiertas tierras venezolanas (1498). Guaicaipuro gobernaba a los Caracas y los Teques, ejerciendo directo control sobre los seis caseríos que circundaban su cuartel general en Suruapo o Suruapay, situado en el actual San José de los Altos en la vertiente de la quebrada Paracoto. Baruta era el nombre de su hijo mayor, y los nombres de sus dos hermanas eran Tiaora y Caycape.


Al descubrir unas minas de oro en tierras de los Teques, Pedro de Miranda comienza su explotación, pero fue atacado por Guacaipuro y tuvo que abandonarlas. En 1560 el Gobernador Pablo Collado nombra a Juan Rodríguez Suárez, Teniente General de la Provincia de Caracas y le ordena pacificar a Guaicaipuro. Rodríguez se alía con el mestizo Francisco Fajardo y vence al Cacique de los Teques en las batallas de San Pedro y La Quebrada, creyó que la región había sido pacificada y deja en las minas varios obreros para trabajarlas junto con tres hijos suyos. Ausente Suárez, Guacaipuro asaltó las minas matando a los trabajadores y los hijos de éste. Fajardo intenta fundar un caserío en lo que hoy es Catia. Sin embargo, ante un ataque ordenado por Guaicaipuro y ejecutado por Paramaconi, el recién fundado caserío (1560) es arrasado. El año siguiente, en 1561, Juan Rodríguez Suárez refunda el caserío con el nombre de Villa de San Francisco, pero corre la misma suerte que el anterior. Al enterarse Juan Rodríguez Suárez del desembarco del tirano Lope de Aguirre, se dirigió hacia Valencia con sólo 6 soldados, situación que aprovechó Guacaipuro junto con Terepaima para emboscarlo y asesinarlo. Guaicaipuro convoca entonces a una alianza estratégica de todos los caciques de la región, aceptan el pacto los jefes Baruta, Naiguatá, Chacao, Aramaipuro, Guaicamacuto, Paramaconi, Terepaima y Chicuramay. Durante años esta alianza se mostró triunfadora, pero Guaicaipuro perdió su oportunidad en Maracapana, en 1568, batalla clave en la que participaron todas las tribus aliadas. Derrotados por el ejército conquistador en forma contundente, la coalición se disuelve y los jefes regresan a sus tierras. Guaicaipuro se refugió en Suruapo. Al temerse por el futuro de la recién fundada Santiago de León de Caracas (1567). Como medida ante el inminente ataque a dicha ciudad, Diego de Lozada (fundador de Caracas) ordenó la captura de Guacaipuro al alcalde Francisco Infante, quien, con indios fieles que conocían el paradero del cacique, salió de Caracas cierta tarde, al ponerse el sol, con 80 hombres. A la media noche llegaron al alto de una fila, en cuya falda estaba el pueblo de Suruapo donde Guacaipuro tenía su vivienda; Infante con 25 hombres se quedó allí para proteger la retaguardia y retirada en caso de una derrota, mientras Sancho del Villar con los demás bajaba a ejecutar la prisión del indio. Conducidos por los guías llegaron a la puerta del inmenso bohío o caney de Guacaipuro los 5 primeros que formaban la delantera, pero acababan de ser descubiertos y con sus armas en las manos, esperaban la llegada de los compañeros y fue entonces cuando intentaron franquear la entrada, pero Guacaipuro, que manejaba la espada que había sido de Juan Rodríguez Suárez, hirió a cuantos intentaron entrar. A los gritos de la pelea, se alborotó el pueblo y todos acudieron a defender a su cacique, pero nada podían contra los filos de las espadas; y los lamentos y gritos de las mujeres y niños, en la noche oscura, aumentaban la confusión general. Viendo los españoles la imposibilidad de rendir al cacique, resolvieron quemar el gran bohío o caney en el cual estaba guarecido. Como su techo era de paja y madera, arrojaron fuego sobre el tejado, que comenzó a arder vorazmente. Viéndose en trance de perecer, Guacaipuro saltó fuera, dando estocadas a diestra y siniestra contra los asaltantes, pero todo fue en vano pues las espadas de éstos lo dejaron muy pronto muerto en el suelo; la misma suerte tuvieron sus acompañantes.

Siguiendo indicaciones del Presidente Hugo Chávez el 8 de Diciembre de 2001 los restos simbólicos del Cacique Guacaipuro (sus restos nunca fueron encontrados) fueron trasladados luego de una ceremonia al panteón nacional.

pedro camejo "negro primero"

En la Venezuela de hoy,como la de siempre,al sonar los disparos,ponen al negro primero...
Pedro Camejo - El Negro Primero







Pedro Camejo nació en San Juan de Payara, Estado Apure en 1790. El apodo de Negro Primero que le distinguía se había inspirado en su bravura y destreza en el manejo de la lanza. Vecino de Achaguas o de San Juan de Payara. Había sido esclavo de Vicente Alonzo, de Apure.
Pedro Camejo o Negro Primero era una persona de escasa preparación intelectual, aun cuando poseía una mente ágil y despierta. A comienzos de la Guerra de Independencia formó parte del ejército realista. En 1816 sentó plaza en las filas republicanas en las fuerzas que mandaba el general José Antonio Páez en Apure.


En 1816, el teniente Camejo y el presbítero Trinidad Travieso intercedieron ante el general Páez, en favor del teniente José María Córdoba (más tarde general de división), quien había sido condenado a muerte por un Consejo de Guerra, por el delito de deserción.
En 1818, cuando el general en jefe Simón Bolívar llegó a San Juan de Payara, durante el desarrollo de la campaña del Centro, vio a Camejo por primera vez. La corpulencia del guerrero y las referencias que le dio el general Paez, despertaron en Bolívar su interés y en la breve charla que sostuvieron, Bolívar le formuló algunas preguntas, las cuales fueron respondidas por Camejo con ingenuidad y sencillez; al explicar la razón que le llevó a sentar filas en el ejército republicano, dijo que fue inicialmente la codicia; pero que luego comprendió que la lucha tenía otros propósitos más elevados.



Fue uno de los 150 lanceros que participaron en la batalla de las Queseras del Medio (2 de abril de 1819) y en esa ocasión, recibió la Orden de los Libertadores de Venezuela. En la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821) era integrante de uno de los regimientos de caballería de la primera división de Páez; allí rindió la vida.


Eduardo Blanco, en Venezuela Heroica, narra el momento cuando, herido de gravedad, Camejo compareció ante el general Páez y con voz desfalleciente le dijo: Mi general, vengo a decirle adiós porque estoy muerto.
El Negro Primero murió el 24 de junio de 1821.

Don Andrés Bello


Don Andrés Bello

Don Andrés Bello, considerado como el más grande humanista de Iberoamérica, nace en Caracas el 29 de noviembre de 1781. Sus padres fueron Bartolomé Bello y Ana Antonia López. Su vida se desarrolla en tres grandes escenarios: la Caracas de fines del siglo XVIII y principios del XIX, que fue una de las ciudades más cultas del imperio español en América; el Londres que estaba convirtiéndose en la capital de un nuevo imperio mundial, y finalmente Chile, donde realiza la parte más fecunda de su obra.

Caracas, 1781 - 1810

En 1796 Bello ingresó al Seminario y Universidad de Santa Rosa de Caracas. El 14 de junio de 1800 recibió el grado de bachiller en artes. Estos estudios le dieron un excelente dominio del latín y del idioma castellano y despertaron su inquietud por la filosofía, la ciencia y las letras. Aprendió, además, por cuenta propia, los idiomas inglés y francés.

En esos años juveniles, Bello fue apreciado como poeta, dentro de los cánones del neoclasicismo en boga. Destacan en su producción una " Oda a la Vacuna ", que escribió como homenaje a la extensión de la vacunación por toda América, y el soneto " A la Victoria de Bailén ".

Por ese tiempo inició también sus trabajos de investigación lingüística y filológica. Concluyó la primera versión de su " Análisis Ideológico de los Tiempos de la Conjugación Castellana", que se publicaría mucho después, en Valparaíso, en 1841.

En 1802 Bello fue nombrado oficial segundo de la gobernaci6n de Venezuela, ascendiendo en 1810 a oficial mayor. Lo confirmó en ese puesto la Junta de Gobierno que asume el 19 de abril de ese mismo año. En junio es agregado a la misión enviada ante el gobierno británico, formada por Simón Bolívar y Luis López Méndez. Al partir a Londres, Bello gozaba ya de fama de hombre de letras.

Londres, 1810 - 1829

El 5 de julio de 1811 se declaró la Independencia de Venezuela. Bello y López Méndez siguieron en Londres al servicio del nuevo gobierno. Al ambos agentes quedaron en la capital inglesa sin año siguiente se produjo la reconquista española y representación, sin patria ni medios de subsistencia.

Entre 1812 y 1822 Bello no tuvo trabajo estable. Se ocupó en transcribir los manuscritos de Jeremías Bentham, y dio clases particulares de francés y español. También fue institutor de los hijos de William Richard Hamilton, a la sazón subsecretario de Relaciones Exteriores.

En mayo de 1814, contrajo matrimonio con Mary Ann Boyland, de 20 años, quien le dio tres hijos. El 9 de mayo de 1821, ella murió. Bello casó en segundas nupcias, en febrero de 1824, con Elizabeth Antonia Dunn, también de 20 años, quien le acompañaría hasta el fin de sus días. Este matrimonio tuvo 12 hijos; 3 de ellos nacidos en Londres y los demás, en Chile.

De importancia en la vida del sabio fueron sus relaciones de amistad con españoles, hispanoamericanos e ingleses. Londres fue el principal lugar de asilo de los emigrados liberales españoles de los períodos absolutistas de 1814- 1820, y 1823 - 1833. También lo fue de algunos americanos y lugar de residencia de otros que llegaron con comisiones políticas de los nuevos estados independientes.

El primero de estos contactos fue con su coterráneo Francisco de Miranda. Bello vivió en su casa de Grafton Street hasta 1812, y trabajó en la rica biblioteca que ocupaba todo un piso de la residencia.

Bello trabajó, además, en las magníficas bibliotecas públicas de la capital británica: la del British Museum y la London Library. Allí leyó los clásicos griegos y latinos, y dispuso de impresos y manuscritos de extraordinario valor para sus estudios filológicos.

El movimiento romántico lo influyó directamente. Dentro de él desarrolló su línea de investigación sobre las literaturas medievales. En Londres trabajó en la reconstrucción del Poema del Cid. El valor de esta obra fue reconocido por Menéndez Pidal, autor de los estudios más modernos de reconstitución del célebre poema épico.

Bello llegó a ser uno de los más eminentes juristas de América. Para su formación en este campo, fueron fundamentales sus años londinenses. Allí profundizó en el Derecho Internacional, agregando a los conocimientos tradicionales las novedades producidas por los grandes acontecimientos de la época: las guerras napoleónicas, la Independencia de América y el Congreso de Viena.

Decisiva para su formación jurídica fue su adhesión a la escuela utilitaria de Jeremías Bentham. Las ideas de éste sobre codificación influyeron poderosamente en la monumental tarea de preparación del Código Civil de la República de Chile, que se considera uno de los más grandes aportes del sabio caraqueño.

Mariscal Antonio José de Sucre


Mariscal Antonio José de Sucre

Antonio José de Sucre, considerado el militar más completo de todos los próceres, participó desde muy joven en la gesta emancipadora de Hispanoamérica. Su conducción en la batalla de Ayacucho fue de las más brillantes de la guerra y le valió el título de Gran Mariscal de Ayacucho.

Un militar de libertades

Antonio José de Sucre nació en Cumaná, hoy estado Sucre, el 3 de febrero de 1795. General en Jefe del Ejército de Venezuela, Colombia y Ecuador. Gran Mariscal de Ayacucho. Presidente de Bolivia. Político y estadista. Hijo del Teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y de María Manuela de Alcalá.

Es considerado como el militar más completo y cabal de los próceres de la independencia suramericana. Fue un paradigma en el estricto cumplimiento de su deber; era inflexible, duro y justo. Sus antecesores fueron, casi todos, militares. Su madre murió cuando él tenía 7 años. En su adolescencia fue enviado a Caracas, al cuidado de su padrino, el arcediano de la Catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para iniciar estudios de Ingeniería Militar en la Escuela de José Mires.

En 1809, se integró junto con su hermano Pedro y otros jóvenes, como cadete de la Compañía de Húsares Nobles de Fernando VII, en Cumaná. En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de Subteniente de Milicias Regladas de Infantería. Este grado fue ratificado por la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto de ese año.

En 1811, desempeña en Margarita el cargo de Comandante de Ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho de Teniente. En 1812, se halla en Barcelona en calidad de Comandante de Artillería, allí junto con otros notables ciudadanos firmó el acta de la junta de guerra que se reunió para resolver lo concerniente a la seguridad de la República, a raíz de los acontecimientos sucedidos en Caracas por la ofensiva de Domingo de Monteverde.

En 1813, figura entre el grupo de los Libertadores de Oriente y bajo las órdenes del general Santiago Mariño participa en las operaciones por la liberación del Oriente venezolano.

En 1814, como Edecán del General Mariño, asiste a la conjunción de las fuerzas del Oriente con las de Occidente en los valles de Aragua. En ese mismo año, sus hermanos Pedro, Vicente y Magdalena perecen a manos de los realistas. No menos de 14 parientes cercanos suyos caen durante el transcurso de la guerra de Independencia.

En 1815, tras combatir bajo las órdenes del General José Francisco Bermúdez en Maturín, pasa a Margarita y, escapando del General Pablo Morillo, sigue a las Antillas y Cartagena. En 1816, Mariño lo nombra Jefe de su Estado Mayor y lo asciende a Coronel. Este mismo jefe lo designa en 1817, Comandante de la Provincia de Cumaná.

Francisco de Miranda


¿Quién es este ilustre venezolano del que dijo Napoleón: ". .. Este Quijote, que no está loco, tiene fuego sagrado en el alma..." Y al que el mismo Bolívar calificó como: "... el más ilustre colombiano..."¡Quién es este personaje cuyo nombre está grabado en el Arco del Triunfo; su retrato colocado en la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles y su estatua erigida frente a la del General Kellerman en el propio campo de Valmy, en Francia? ¿ Quién es en definitiva este hombre, que a lo largo de su vida estableció estrechas relaciones con personajes de la talla de Bolívar, Napoleón, Andrés Bello, William Pitt, O' Higgins, Sucre, Catalina de Rusia, Wellington, Dantón y San Martín, entre otros?

Sus años en Venezuela: El rechazo

Francisco de Miranda nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. Hijo del canario Sebastián de Miranda Ravelo y de la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza. A los doce años inicia estudios en la "Clase de Menores" de la Universidad de Caracas. Durante dos años estudia latín, la Gramática de Nebrija y el Catecismo de Ripalda. Desde 1764 a 1766 cursó la "Clase de Mayores", profundizando sus conocimientos del latín a través del estudio de los clásicos de Virgilio y Cicerón. Asimismo, el curso requería nociones de historia, religión, aritmética y geografía. Finalmente cursa "Artes", completando su educación con estudios de lógica, física y metafísica, obteniendo el título de Bachiller en 1767.


El Libertador Simón Bolívar
"El hombre que hoy, con toda justicia, es conocido en el mundo entero como el Libertador, nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Su ciudad natal, capital entonces de la Capitanía General de Venezuela, provincia del Imperio Español, sería en 1810 la matriz del movimiento independentista hispanoamericano. El recién nacido, cuarto vástago del matrimonio formado por el coronel Juan Vicente Bolívar Ponte y doña María de la Concepción Palacios Blanco, criollos ambos, fue bautizado en la Catedral con los nombres de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad. Pero la historia lo llama Simón Bolívar, el Libertador. Su ejemplo, su acción, su pensamiento - su legado , en suma - están más vigentes que nunca. Pues él actuó, sintió, reflexionó y escribió para su época, y también para la posteridad.
Los Bolívar-Palacios, familias arraigadas desde hacía varias generaciones al suelo americano, pertenecían a la encumbrada y poderosa clase social de los "mantuanos", que dentro de la Provincia tenían la primacía en todo, excepto el pleno poder político. Simón vino al mundo "en cuna de oro" y, además, al poco tiempo un pariente suyo el padre Juan Félix Jérez-Aristiguieta y Bolívar instituyó en su favor un rico patrimonio, llamado "Vínculo de la Concepción".
Simón, cuya madre no podía amamantarlo, tuvo por nodriza a una vitalmente robusta y san esclava de la familia, la negra Hipólita. Esta no sólo calmó con su seno el apetito del niño (sustituyendo a una amiga de doña Concepción, la dama cubana Inés Mancebo de Miyares, que lo alimentó unos días) sino que se ocupó luego de él, ya más crecido; sobre todo después de la muerte del coronel Bolívar, ocurrida cuando Simón tenía apenas dos años y medio. Junto con su veneración por doña Concepción, su "buena madre", y el cariño a doña Inés, Bolívar guardó siempre en su pecho un sentimiento de afecto, gratitud y respeto hacia la esclava que, en su tierna infancia, le sirvió de guía y cumplió para con él las funciones de un padre, después de haber sido su nodriza.
Alrededor de 1790 la señora Bolívar, con sus hijos María Antonia, Juana, Juan Vicente, Simón, con otros parientes y amistades, iba de paseo a sus haciendas, especialmente a la de San Mateo, en los valles de Aragua. La serena belleza del paisaje tropical despertaría entonces en Simón el amor a la naturaleza que nunca dejó de sentir y que expresó más tarde, ya adulto, en sus decretos conservasionistas.
El encanto se quebró el 6 de julio de 1792, al morir su madre, probablemente de tisis, en Caracas. Los Bolívar-Palacios quedaron huérfanos. Las dos hijas, aunque muy jóvenes, no tardaron en casarse. El abuelo materno, don Feliciano, fue tutor de Simón, quien contaba 9 años. Aquel mismo muchacho que sintió en su alma el frío y el vacío de la orfandad -aunque no el abandono ni las privaciones- fue el mismo que treinta años después dictaría un decreto para proteger a la infancia desvalida: "... un gran parte de los males de que adolece la sociedad, proviene del abandono en que se crían muchos individuos por haber perdido en su infancia el apoyo de sus padres", escribía en Chuquisaca en 1825.
El niño Simón que había aprendido a leer, escribir y contar con varios preceptores, asistió a la Escuela Pública, regentada por el educador venezolano Simón Rodríguez, hombre de originales y progresistas ideas pedagógicas y sociales, quien ejercería luego una profunda influencia sobre Bolívar. Entre tanto, murió el abuelo, y la tutoría recayó en Carlos Palacios, tío de Simón, con quien éste no se entendía muy bien. Don Carlos, soltero, pasaba mucho tiempo en sus haciendas, y Simón salía a pasear, a pie y a caballo, por Caracas y sus alrededores, en compañía de muchachos que no eran "de su clase".
Al cumplir 12 años, el niño, en ausencia del tutor, se fugó de su casa y fue a buscar calor de hogar en la de su hermana María Antonia y su esposo. Esto suscitó un pleito, que terminó cuando Bolívar, a pesar de su resistencia, fue conducido, en calidad de interno, a la casa de su maestro Simón Rodríguez.

José Antonio Páez



El General José Antonio Páez, fue el primer Gran Comendador del Supremo Consejo Confederado del Grado 33° para la República de Venezuela, el unificador de la masonería nacional y un incansable fundador de Logias.


Nació el 13 de junio de 1790, en Curpa, un caserío cercano a Acarigua, Portuguesa. Poco se sabe de su infancia. Sus historiadores dicen que lo pasó a lomo de caballo, lazando reses y trabajando muy duro en las labores del campo.


Era de extracción humilde. La revolución de 1810, lo sorprendió prestando servicio en una hacienda donde había buscado refugio después de herir en una pelea a un joven de su edad.


Tenía 20 años, valiente y hábil en el manejo de la lanza, se alistó en el incipiente ejército de Antonio Pulido, su patrón. Pero las tropas de Monteverde, en 1812, lo obligaron a buscar refugio en los bosques, desde donde combatía a los españoles con el sistema de guerrillas.
Al ausentarse Antonio Pulido, de Barinas, Páez fue nombrado Comandante de las tropas y encargado de las haciendas de su patrón.


Un día fue capturado por las tropas realistas y condenado a muerte. En momentos que iba a ser ejecutado, un grupo de patriotas al mando de Ramón García de Sena logró liberarlo.


Sin darse tregua ni descanso, Páez siguió combatiendo a los españoles. Viajó a Mérida para reclutar soldados, regresó a los llanos, asediando a los realistas en Casanare.


En 1817, fue nombrado jefe del ejército patriota en los llanos. Su coraje no tenía Iímites. Venció al General La Torre, en Mucuritas, uniéndose con Bolívar en Calabozo. En 1819, destrozó a los realistas en Las Queseras, adquiriendo fama por su extraordinario valor y astucia.
Fue ascendido por Bolívar al grado de General. En 1821, desde Apure se dirigió a San Carlos, incorporándose a las unidades del Libertador, para la Batalla de Carabobo.
Al mando de su célebre escuadrón de caballería, Páez se lanzó a la carga contra el enemigo, abatiéndolo y conquistando para Venezuela los laureles de la victoria. Era el 24 de junio, Bolívar lleno de admiración lo nombró Jefe Supremo de los Ejércitos del Centro.
Dinámico y con ansias de gloria, liberó Puerto Cabello en 1823. Tres años más tarde era tácitamente el jefe civil y militar de toda Venezuela.
Un poco envanecido por el poder, gobernó en forma dictatorial, causando contrariedad en el Congreso de Colombia. Surgen las discrepancias, provocando el regreso de Bolívar desde Perú, para imponer la paz y la unidad.


Pero Páez no descansó en su empeño de separar Venezuela de la Gran Colombia, logrando su objetivo en 1830, cuando Bolívar fatigado y enfermo, renunció a la Presidencia de la República ante el Congreso de Bogotá.



Luisa Caceres de Arismendi




Luisa Cáceres de Arismendi
Heroína de la Guerra de Independencia de Venezuela (Caracas, 1779 - 1866). Su padre, Domingo Cáceres, y su hermano Félix fueron asesinados por los realistas en la población de Ocumare en 1814, por lo que tuvo que emigrar con el resto de su familia a Isla Margarita, donde contrajo matrimonio con el general Juan Bautista Arismendi. Al año siguiente, fue detenida por las autoridades españolas con el propósito de presionar a su esposo Arismendi, quien desarrollaba una feroz campaña contra las fuerzas españolas.
Sin embargo, el gobernador de Isla Margarita, el español Joaquín Urreiztieta, no consiguió nada ni de ella ni de su marido por lo que Luisa permaneció en la prisión de la fortaleza de Santa Rosa -donde tuvo a una niña que murió en el parto- hasta que fue trasladada a la fortaleza de Pampatar, de allí a La Guaira y finalmente a España (1816), donde también fue víctima de presiones para que renegara de sus ideas republicanas.
Sin embargo, nunca abandonó sus ideales independentistas. Una vez en libertad, regresó a Venezuela en 1818 y continuó apoyando las ideas de libertad y soberanía del pueblo americano.
Vivió en Caracas hasta su muerte. En reconocimiento a su lucha por la independencia de Venezuela, sus restos fueron sepultados en el Panteón Nacional en 1876.

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